viernes, 22 de abril de 2011

La fobia a las flores


Parafraseando, la flor no nace, se hace: ¿apoco creían que en cualquier momento en un bosque encontrarían una pinche rosa? en lo particular las admiro ¿cómo se puede ser tan bella, tan frágil y tan letal, todo ello sin darse cuenta? por si eso fuera poco, también mueren y nacen a su antojo... hacen de la reproducción un arte sin la necesidad del escándalo humano... (lo normal es ser machirrin...). En cierta manera creo que no siempre les tuve pánico, ¡ya dije que hasta las admiro chinga!; mi miedo, supongo, viene en gran medida de esa parte letal que descubrí que tienen sobre mi... tal ves soy alérgico, pero no por eso les pierdo el gusto - que nada me guste más que aquello que puede matarme no debería serle sorpresa al buen lector, mas bien al malo, ya que debería conocer mi patética escritura- solo descubrí que algunas especies, tal ves por su genero floral, me son altamente punzantes y que tal vez tuviera que evitar.

Son bellas, son útiles y demasiado sofisticadas, aun las que en apariencia pudieran parecer mas sencillas, su superficie engaña a la inversa. Son los seres vivos más complejos y bellos, son mortales.


Entendí que comer pétalos de rosa me daba indigestión, que si buen tengo habilidad para esquivar sus espinas, cortarlas y asta tomarlas con facilidad... llevarlas a mi boca con tanta confianza -la boca como la puerta del corazón del hombre- puede dejar huellas durante meses en mis muinas matinales -véase  los 3 minutos sobre el fin del mundo-. Por ello comprendí que no debía dejarme intimidar, eso de ser de la Rosa no tiene sentido si uno le quita la mayúscula que solo fanfarronea se esconde tras el miedo...

Pero si hablamos de miedo, hay una que me llena el estomago de murcielagos, la mas rara y confusa, mamona y terrible, bella y sublime, compleja e incompleta: la orquídea de árbol. Sin dudar, la mas bella que e conocido, claro vi mejores, no decirlo seria mentir, pero definitivamente la rareza más extraña se esconde tras la simplicidad más compleja. Su efecto nocivo esta en proporción a su temible atracción, aun hoy no logro ver, perdí la vista, el habla y todo gusto por las demás plantas. Creo que su naturaleza es miedosa, tan miedosa que la lleva a huir de lo que necesita, tal ves por eso la encontré, seguramente es por ello que se resistió a adherirse al árbol -juro que lo intente, de verdad lo intente, pero me parece, del modo inadecuado...- hice de todo, pero al final, cuando las raíces parecían encarnadas al árbol, un día con una brisa la vi irse despegando... me di cuenta que así debía ser y me despedí de ella con una sonrisa, vuela dulce orquídea, buen viaje.

¿Qué por que entonces la tacho de venenosa? bueno, hay que aclarar que ninguna lo es por gusto, simplemente hay que entender que, al igual que la fabula de la rana y el escorpión (resumiendo: el escorpión pide a la rana ayuda a pasar el rió, esta desconfía pero el escorpión promete que se portara bien "o ambos moriremos", sin embargo a la mitad del rió la rana siente el punzante aguijón del escorpión, y este solo puede decir: "lo siento, es mi naturaleza no lo pude evitar" y ambos murieron), así es su naturaleza, cuando uno se intoxican con ellas, ellas también sufren... en el caso de la orquídea, bueno ella se marchitaba en el árbol y aun fuera de el mucho tiempo después, es por ello que dejó un árbol muy enfermo y con una cicatriz que hoy aun arroja parte del hongo que le dejo...

El árbol estaba realmente enfermo, un día note el brote de una viajante, una verdadera visitante hermosa: un lily. Por supuesto, después de la gran tristeza que habíamos sufrido, mi primer reacción fue defender al árbol solo dejando que los pétalos callerán como abono -usándola cruelmente, sádico- y alejando las débiles raíces desprotegidas. No pude ver su belleza, y el árbol poco a poco comió de ella asta dejarla seca... Es aquí cuando me maravillo de la naturaleza floral, ella se recupero, recupero al árbol y a pesar de estar marchita, tubo la fuerza suficiente para hacer raíces, lejos del árbol claro, pero pudo hacerlo, nunca dudare de ella... ahora parece que dejo un brote.

Lo que obtuve de eso: después de mucho pensar considero que el factor común fue el árbol, tal ves hay algo mal en el. Yo, sin ser jardinero claro, entiendo poco o mucho sobre los porqués de esas naturalezas, tal ves ese es un problema de igual forma... debería dejarlas ser... si crecen rápido, si tiran raíces, si son bellas, si no brotan, si brotan, si se secan... el jardinero es en realidad la parte pasiva... el espectador que las acompaña y sostiene cuando ellas se doblegan, los demás, son cuentos baratos para compensar egos falicos de plastilina.Todo es cuestión de dejar fluir el agua... el ciclo no tiene posiciones, pero si fe -gracias Fromm-.


Ello me llevo a concluir que, hablando de flores y naturalezas, debo esperar, tal ves en el invierno encuentre algo, mientras veré sin envidia los lotos, tulipanes y asta manzanas caer de los arboles, tan mauras, tan fuerte.  En ese tiempo, seria bueno ocuparme de ese viejo árbol, quemar esas ramas que le recuerdan sus 5 encuentros fortuitos con la maldad, ó, reforzarlas.



Actualizate: jardinero deja las flores que no cosecharas...

5 comentarios:

  1. una disculpa, en el parrafo 7, el ultimo, kise decir "tan maduras", es ke me dio hambre :D

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  2. yo diría simbólico, pero me gusta

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  3. ¡eres un pinche genio! aunque bien sabemos los dos por nuestro oficio que una personalidad en particular (no siempre egosintónica, por desgracia)subyace a tan precisas y bellas composiciones. Tómalo por el lado bueno: es un talento, aunque cobre caro.

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  4. la felicidad es un síntoma; o un síntoma es yo... da igual, sabemos que justo es la misma gata

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